«El orden es el más hermoso ornamento de una casa.»
– Pitágoras –
Pitágoras vuelve a ser esta semana quien nos inspira a la reflexión. Esta vez, como experto en decoración de interiores (y no estoy hablando solamente de ambientes).
Mira a tu alrededor. ¿Qué ves? Pon atención en cada objeto del espacio en que te encuentres, y haz una pausa en aquellos que llaman tu atención, tanto por su armonía con el entorno como por su disociación; por estar o no estar en el espacio o condición adecuada. Observa aquellas cosas que equilibran el ambiente y aquellas otras que deberían ser retiradas, arregladas o acondicionadas.
Culturas milenarias han estudiado en profundidad el efecto del entorno sobre nuestra condición humana. Quizá hayas oído hablar del Feng Shui. El espacio en el que estamos, su armonía o caos, afecta nuestra manera de ser y permanecer de manera sutil y en ocasiones, grotesca.
Ahora mira hacia adentro. ¿Qué ves? El orden es el más hermoso ornamento de una casa, dice Pitágoras… y también es el más exquisito objeto de tu espacio interior. Una mente, una consciencia en orden predispone nuestras acciones y manera de vivir e interactuar con ti mismo y tu entorno de manera equilibrada y positiva. El «Feng Shui» de la mente.
El orden en los espacios donde vives o trabajas es algo no tan simple de mantener. Requiere atención y perseverancia. Y el desorden llama al desorden. Un plato sucio por aquí es un imán que eventualmente tiene como resultado que un par de medias usadas queden tiradas en el rincón de allá. El desorden, sigiloso y hábil, invade nuestro espacio vital y nos lleva al punto de la incomodidad. Lo mismo ocurre con tu mente, con tu espacio interior. Los platos sucios de tu consciencia, las medias olorosas de tus hábitos negativos generan malestar y una sensación de incomodidad que impacta sobre tu calma, equilibrio y estado de ánimo. Esa llamada que recibiste hace una semana y aún no has respondido es como el florero en la esquina de la habitación, cuyas flores ya están un tanto marchitas. Esa manía de permanentemente juzgar todo lo que se te cruza por la mente es como ese saco que siempre dejas sobre un sillón y nunca cuelgas en su lugar.
El caos llama al caos, pero también el orden llama al orden. Pequeños cambios pueden tener un gran impacto. Devuelve esa llamada. Evita el prejuicio, intenta no exponerte tan seguido a la violencia en películas y medios… detente un instante y observa. Con seguridad hay algo que merece cariño y atención, y que puedes poner en su lugar. Como cambiar las flores de ese jarrón en la sala de estar, los colores vibrantes y el delicado perfume de tu orden interno hará de tu mente y consciencia un espacio equilibrado y de profundo bienestar.
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