«En medio de la dificultad, yace la oportunidad.»
– Albert Einstein –
De acuerdo. En medio de la dificultad, yace la oportunidad. Pienso que lo que la cita debería decir a continuación es «sólo si enfrentas tus dificultades». La oportunidad yace en la dificultad en tanto podamos tener la práctica, ecuanimidad, y diría hasta la valentía de enfrentarla. No hablo de necesariamente resolverla pero sí abarcarla con todo nuestro ser espiritual, emocional y mental.
Las dificultades son parte de la vida, sin importar la salud, posición económica, seguridad personal, espacio emocional o cualquier otro aspecto de la manera en que vivimos. Es cierto que algunas situaciones nos dan mayor respaldo para enfrentar ciertas dificultades, pero nadie debería juzgar el nivel de dificultad con el que lidia otra persona. Simplemente no lo sabemos. Algo que para mí es trivial, para otra persona puede ser demoledor.
Hay dos maneras de vivir la vida en relación a lo que nos acontece en general, y en particular con respecto a las dificultades: «Moverse hacia» o «Moverse desde».
Tener la capacidad de un «encuentro y compromiso» con aquello que surge, es la práctica de «Moverse hacia». Ocurra lo que ocurra, voy a su encuentro, de manera resuelta y comprometida. Esto no significa que tenga uno que resolver las cosas en el momento en que acontecen, ni que me vea obligado a declarar una postura o definición de cómo actuar. Quizá no sea el momento adecuado. Quizá no cuentes con las herramientas necesarias. De todas formas, «Moverse hacia» es ir al encuentro, momento a momento, de todo lo que ocurre en nuestra vida. Mantenerse presente y disponible, comprometido con cada aspecto de nuestro acontecer. Allí, Einstein nos instruye diciendo que «yace la oportunidad». Y no dice «la oportunidad de resolver la dificultad», simplemente dice «oportunidad».
Podemos también vivir la vida «Moviéndonos desde» en lugar de «hacia». Escapar de las cosas, ignorarlas, estar distraídos. La dirección no es en ese caso «hacia» lo que ocurre en este momento, sino lo contrario, alejándonos de la posibilidad del compromiso y la interacción, y su consiguiente aprendizaje y oportunidad.
Vivir es difícil, y en muchas ocasiones duele. El sufrimiento, en mayor o menor medida, es siempre parte de tu vida. Tú eliges si alimentas una práctica de moverte «hacia» o «desde» aquello que se presenta como dificultad en tu presente.
Las dificultades no se van porque las ignores o las demores, pero la oportunidad que traen consigo, sí.
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